lunes, 5 de mayo de 2008

Viaje de ida y ¿vuelta?

Estos días, coincidiendo con el puente del Día del Trabajador, hemos decidido hacer una escapadita de 3 días a la ciudad de Salamanca. Salamanca, es con Santiago y Granada, una de las ciudades universitarias por excelencia. Eso significa: ciudad histórica, con mucho turista, mucha gente joven y sobretodo mucha fiesta, por no decir demasiada!.Nos fuimos el miércoles de mañana en 2 coches que alquilamos. En el primero iban los chicos: Oscar, Luke, Chuchi y Guille y en el otro, en el coche guay porque teníamos música, las malotas, osea nosotras: Mery, Miriam y yo. Miriam era la conductora. A la ida no nos podemos quejar, pero a la vuelta entre el cansancio acumulado y que son 3 horas de camino, sus cualidades como Schumacher se dejaron de notar, pero bueno llegamos sanas, salvas y sin perdernos a Salamanca. Lo primero que hicimos fue buscar el albergue. desembarcar y buscar un Mercadona!! Allí parecíamos 3 niñas chicas en una juguetería, sacándonos fotos en la puerta del Mercadona y probando todo tipo de potes y chapapotes. Tras nuestra visita turística al super, quedamos con los niños para ir a cenar de cañas y tapas por la ciudad. Qué maravilla volver a salir otra vez en España! porque eso de que con la caña te pongan una tapita (aunque Granada sea la reina de las tapas); no tengas que pagar por entrar en los pubs, bares o discotecas; que te pongan pachangueo español cantable y bailable; y te inviten a copas en los locales...no tiene comparación. Fue una noche intensa que terminó a las 9 de la mañana con Spider-Miri trepando por las literas del albergue, saltando de una cama a otra cual piojo en una escuela primaria...Espectacular! Sobre las 12 del mediodía nos tuvimos que cambiar de habitación y desalojamos la nuestra como buenamente pudimos. Mientras algunos se quedaron durmiendo la mona, el resto fuimos a hacer algo de turismo. Fuimos a ver el puente romano, la Gitana (tienda pirata de marcas conocidas que según Chuchi es toda una eminencia en la ciudad) la catedral, la Casa de las Conchas, la Plaza Mayor, la universidad y su ranita y callejear por el casco histórico de la ciudad. Terminamos el recorrido sentaditos en mitad de la Plaza Mayor, mientras esperábamos al resto, viendo como unos moquillos franceses bailaban tecktonik, retándose con otros que estaban en la plaza. Se formó un gran corro a su alrededor donde me encontré con una chica del cole, si es que el mundo es un pañuelo lleno de mocos. Cuando llegaron los que faltaban, nosotros fuimos a descansar un poco y tomar el relevo, porque entre pitos y flautas no habíamos dormido casi nada y tampoco es que lográramos mucho, porque al cabo de una hora ya estábamos otra vez en planta. Volvimos a salir de cañas y tapas (me comí una de gambas buenísima) y otra vez por ahí de fiesteo. Esta vez mucho más tranquilo, porque al día siguiente teníamos que volver pronto para devolver los coches. Aunque al final todo saliera torcido, porque a medio camino, nuestro coche empezó a perder fuerza y justo 10km antes de llegar a la frontera tuvimos que parar, porque el coche no tiraba. Cuando lo revisamos, descubrimos que tenía una fuga cerca de donde está el depósito de la gasolina y que habíamos ido perdiendo gasolina por el camino. Tuvimos que avisar a la agencia, que nos mandaran una grúa y un taxi hasta donde nos dieron otro coche. El taxi era de película, con sus asientos de cuero, peluches, las ventanas subidas, nosotras sudando como pollos y el taxista intentando hablar con nosotras, pero con el sopor, nos quedamos fritas. Llegamos a Viseu y allí nos dieron otro coche, con el cual, llegaríamos por fin!a casa.
-Es qué nunca vamos a hacer un viaje bien?- Chuchi

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