domingo, 6 de julio de 2008

Shrek y Fiona: 2

Mis papás han vuelto!!
Mis posts van con mucho retraso, pero es que no he tenido ni tiempo ni ganas de ponerme a escribir pero ahora que ya estoy casi termiando el curso snif,snif!y las cosas están un poco más calmadas, pues aprovecho y actualizo.
A finales de Mayo, me fui a pasar unos días con mis papis a Lisboa. Fui desde Oporto a Lisboa en tren. Toda una experiencia de niña mayor! Para empezar tenía que coger el tren a las 8:52 de la mañana para llegar alli sobre las 11 porque tarda cerca de 3 horas en llegar y asi aprovechar mejor el día, pero ese día los astros se alinearon y el dios Murphy se manifestó porque entre que la guagua que me llevaba a la estación no paró porque iba llena, que iba cargadísima con las maletas y que llegué 3 minutos tarde al andén, pues perdí el tren y tuve que coger el de una hora más tarde. El billete por el que estaba tan contenta porque me había costado la mitad de lo previsto me terminó costando casi lo previsto.Un desastre!!y eso que había madrugado!
En el tren me dediqué a echar una cabezadita, hasta que llegué a la estación de Sta. Apolonia donde me recorgieron mis padres. De ahí cogimos el metro hasta el hotel para dejar los bartulos, pero el metro de Lisboa resulta más lioso que el de Oporto, con respecto al billete de viaje, que creemos que más de una vez nos timaron. Con relación a esto y a quien le interese y vaya a visitar Lisboa, de parte de mis padres que la Lisboa Card es un timo y no la recomiendan.
El caso es que dejamos las cosas en el hotel y nos fuimos a comer a la zona que está cerca de la Plaza del Mercado. Fuimos a un restaurante-pastelería muy bonito, estilo art nouveau, donde me comí un solomillo con papitas y muchas salsa y de postre un borrachito recheno de chocolate tremendo!!!Mis padres, los días previos, ya se habían encargado de degustar las pastelerías de la zona y sabían cual era la buena, jejeje!
Terminamos de comer y nos fuimos a la estación de trenes para ir hacia Sintra y de ahí coger una guagua que nos llevara hasta el Cabo da roca, que es el punto más occidental del continente. El viaje en guagua fue también toda una experiencia, porque fuimos por una carretera de montaña, más bien estrecha con el primo de Schumacher y 2 japos echándose una cabezadita. Cuando llegamos allí estábamos mas amarillas que las propias japonesas. Allí no había mucho que ver salvo una alemana que estaba grabando un documental pero que más bien parecía su testamento. Luego volvimos a coger la guagua suicida y llegamos a Estoril. Vimos el casino, la caca de playa donde veranea el rey y me quedé sin ver la Hello Kitty Megastore snif,snif!!
Como ya estábamos agotados, volvimos al centro y nos fuimos de cena a un restaurante italiano con camareros hindúes que a la salida como llovía nos llevaron con una sombrilla hasta el metro. Fue de pelicula y lo mejor ver a mi madre dándole conversación al camarero sobre la comunidad hindú en Canarias...pobre hombre!
Al día siguiente madrugamos y nos fuimos de excursión a Évora. Tardamos cerca de 3 horas en llegar para llegar a un pueblo que ha sido denominado Patrimonio de la Humanidad. La verdad que era bonito con sus casitas blancas y amarillas,como no?¿también hicimos ruta de pasteles pero en 2 horas ya estaba todo visto. Como cosa espectacular, la capilla de los huesos, que es una capilla hecha a base de huesos y craneos, que usaban para acongojar a la gente y lo consiguieron porque solo le faltaba el órgano con el fantasma de la ópera para terminar de dar miedito!.
El viaje de vuelta fué agónico y mi madre casi muerde al conductor de la guagua municipal, porque nos dió 3 vueltas al pueblo para que lo viéramos en todo su esplendor y que hiciéramos tiempo antes de llegar a la estación, pero por el camino González se iba impacientando.
Llegamos casi de noche a la estación de Oriente, vimos algo del Campo de las naciones y después nos fuimos a cenar al restaurante americano que estaba al lado del hotel, porque estábamos cansaditos. El restaurante era una chulada, porque estaba recreado como los restaurantes típicos americanos de los 50-60 y solo le faltaba que entrara Olivia Newton John y John Travolta, muy rollo Grease.
Al día siguiente vimos algo de la zona centro, compramos caramelos legendarios y cogí el tren de vuelta. Otra gran experiencia: viajar al lado de una señora que vendía quesadillas y olía a quesadillas y llegar a casa con un polizón: una pulga que llegó a meterse en mi cama y me acribilló a picotazos! Sin duda un recuerdo impagable, jejeje!
Canta conmigo: Maná maná me pica el culo, maná maná no sé que hacer, maná maná será un bichito chiquito peludo con ganas de joder, me cago en diez!!

No hay comentarios: